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VARICES Y PIERNAS CANSADAS

Las várices son una enfermedad de las venas más común de lo que se suele creer. Afectan más a las mujeres que a los hombres y normalmente aparecen después de los treinta años y empeoran con la edad, aunque también hay personas muy jóvenes que las padecen.

Las venas dilatadas, alargadas o retorcidas que son características de esta dolencia pueden causar síntomas molestos y producir pequeños coágulos sanguíneos, además de estropear el aspecto de las piernas.

Las várices son venas dilatadas, alargadas o retorcidas, que se localizan debajo de la piel y desde allí provocan una gran variedad de síntomas.

Las causas

 

El envejecimiento, tiempos prolongados de pie o sentado la obesidad y el sedentarismo contribuye de por sí a la aparición de várices, dado que las venas se vuelven menos elásticas y cada vez resulta más difícil un adecuado retorno venoso.

Lo que ocurre es que las venas se dilatan cuando aumenta el flujo sanguíneo pero luego no pueden volver a sus dimensiones originales cuando este flujo disminuye, siendo posible que queden irremediablemente dilatadas.

El sobrepeso y el embarazo, al igual que el carácter hereditario, también suelen ser causante de varices, suelen aparecer cuando las venas profundas de las piernas están obstruidas por un coágulo o están lesionadas y no pueden, por consiguiente, transportar suficiente sangre.

Como resultado, la sangre refluye de estas venas a las superficiales aumentando la presión en ellas.

Otras veces, en cambio, las várices se deben a la obstrucción de las grandes venas del abdomen, lo que produce el aumento de la presión sanguínea en su interior y el deslizamiento de la sangre hacia las piernas por ejemplo los embarazos.

Los Síntomas

 

A menudo no hay más síntomas que la aparición de pruritos o erupciones cutáneas, una desagradable sensación de hormigueo, hinchazón y dolor en las piernas afectadas. En ocasiones la sensación de pesadez y piernas cansadas, nos anuncia el agravamiento de la enfermedad vascular. Las várices, que pueden estar enroscadas, retorcidas o azules, son particularmente visibles cuando la persona está de pie. Generalmente aparecen en las piernas y a menudo son visibles. Puede suceder que una várice se inflame y se vuelva dolorosa a causa de un coágulo en su interior. Muchas personas con várices también tienen arañas vasculares que no son venas, sino capilares dilatados. Estos son pequeños vasos sanguíneos que unen las arterias y las venas, y parecen como ramificaciones moradas o rojas, parecidas a una telaraña. Las várices se diagnostican en función de los síntomas y de la exploración física.

El Tratamiento.

 

Hasta hace algunos años el único tratamiento consistía en retirar la vena afectada, lo que no siempre da buenos resultados.

Hoy en día las várices tienen un tratamiento médico que consiste en medicamentos aplicados por distintas vías,Escleroterapia, tratamiento quirúrgico y apoyo fisiátrico.
Se aconseja utilizar medias elásticas que compriman las piernas para impedir que el exceso de sangre se acumule dilatando, así, las venas y causando el consiguiente dolor. También puede ser útil mantener las piernas elevadas, aunque sea una hora por día, y evitar estar de pie durante largos períodos de tiempo.
La consulta periodica al Medico, previene la aparición de nuevas varices y permite tratar a tiempo las ya existentes evitando asi complicaciones difíciles de solucionar.

Es un aporte de:

Dr. GABRIEL M. TRIPOLE

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