Como hago lo que hago…
Vivimos muchas veces en piloto automático, y esto hace y promueve la falta de conciencia, sobre cuál es la importancia y valor que le doy a lo que hago y a lo que hacen los demás, de cuál es el aporte y compromiso desde mis acciones y que repercusión resulta en mi vida y en las de los otros. Esto promueve muchas veces la apatía en lo que hacemos, el desinterés por lo que producimos, y como resultante nos encuentra en sociedades cada vez más chatas, desintegradas, separadas, y a menudo, desvalorizadas. -Cada uno pateando para su arco-, como dice el dicho, promoviendo un débil compromiso en la participación y la construcción familiar y social. Les comparto esta inquietud para invitarnos a la reflexión, y como siempre la auto observación sobre; “Cómo hago lo que hago” y que constructor quiero y elijo estar siendo!!
Cuento:
Los tres Albañiles
En cierta ocasión un señor fue al pueblo donde vive su hermana. En el terreno junto a su casa estaban construyendo una edificación un poco más grande de lo habitual, así que un día se acercó y vio a un albañil recostado debajo de un árbol. Se dirigió hacia él y le preguntó lo que hacía:
- Estoy aquí descansando, hace mucho calor, los bloques están muy pesados y me duele la espalda. No veo la hora que termine mi turno para salir de esta pesadilla.
Siguió caminando, se paró junto a otro albañil que trabajaba apilando bloques en una pared y le hizo la misma pregunta. Él le respondió:
- Aquí estoy, ganándome el sustento diario para llevarle comida a mi esposa y mis hijos. No puedo quejarme, aquí voy a tener trabajo por un buen tiempo.
Tras despedirse se apartó un poco y vio que en el tejado había otro albañil que hacía equilibrios para sujetar una pesada viga. Cuando terminó, alzó la voz y también le preguntó lo que hacía. Con una sonrisa en la cara y un gran entusiasmo le dijo:
- ¡Estoy construyendo una escuela para nuestros niños!, será la más bella escuela de todo vecindario y cuando nuestros muchachos estudien aquí, serán el orgullo de nuestro pueblo.
Los tres albañiles hacían básicamente el mismo trabajo y por el mismo salario, pero había una gran diferencia entre ellos: el primero odiaba lo que hacía; el segundo era indiferente y lo hacía como una obligación para su sustento; en cambio que el tercero no solo amaba lo que hacía, sino que era capaz de proyectar su trabajo y su esfuerzo hacia la sociedad y el bien común.
En cada actividad que hagan o quieran emprender, pueden detenerse un instante y preguntarse; ¿Cuál de estos albañiles estaré siendo?!!
Muchas gracias a La Guía, por compartir este espacio con y para ustedes. Recuerden que, esto es una Guía para SER haciendo. Saludos cordiales!!
Rodolfo.
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Rodolfo Márquez